Suena Nino Bravo, el himno de Valencia, corazones al alza y... EMPIEZA LA CARRERA!
El objetivo cómo bien sabéis es acabar las carreras sin que tenga demasiada repercusión el tiempo realizado pero estar en Valencia es algo único y al final te dejas llevar un poco por la emoción y el ambiente. Así que nada, cómo estaba bastante descansado desde la maratón de Bilbao, me puse un objetivo un poquito más ambicioso y salí a ver que me pedía el cuerpo.
Salí con Iker los primeros kilómetros (desde aquí le felicito por ese peleado sub 3 que tanto se merece) y una vez llegado al kilómetro 4 ya me di cuenta que mi carrera no era ir a su ritmo. Tengo que decir que me costó mucho encontrar mi ritmo en carrera y el haber estado casi dos semanas enfermo y tomando 10 días de antibióticos, no iba a ayudar mucho la verdad.
Los kilómetros pasaban, el ritmo era bueno (logré pasar la media maratón en 1 hora y 33 minutos) y cada vez me encontraba mejor. El ambiente era una autentica pasada y las calles estaban repletas de gente animando. Cada pocos kilómetros tenía a mi otra mitad animándome y sacándome siempre una sonrisa cada vez que la veía.
Llegamos al kilómetro 30 y no parecía que me iba a encontrar con el muro...pero tres kilómetros después me empecé a encontrar vacío. Esa sensación ya la había vivido antes (de hecho en Valencia) así que para no sufrir en exceso, bajé el ritmo y pude aguantar así hasta el final. Tengo que decir que me tuve que animar BASTANTE para no parar en ningún momento y utilizar estrategias para pensar en otras cosas.
Mi único objetivo era llegar a los 300 metros finales y poder disfrutar una vez más de la famosa pasarela azul. Momento inolvidable y muy disfrutado.